En la cosmología hindú hay un concepto que parece provenir de la antigua filosofía shivaíta, el concepto de las tres fuerzas de base o tres tendencias fundamentales: la fuerza centrípeta, la fuerza centrífuga y su equilibrio o la fuerza orbitante del que proviene el movimiento de las esferas.
La acción centrípeta que crea la cohesión, es llamada sattva (existencia) porque la existencia es una concentración de energía, una fuerza de aglomeración, una unión.
La acción centrífuga, denominada tamas (oscuridad), es la fuerza que trata de impedir la concentración. Es la tendencia a la dispersión, al aniquilamiento de cualquier existencia individual y cohesiva. Es oscuridad porque la dispersión lleva a la noche como la concentración a la luz.
El equilibrio entre sattva y tamas, entre la fuerza centrífuga y la fuerza centrípeta, entre la cohesión y la dispersión, entre la luz y la oscuridad, hace nacer la tercera tendencia, la de la orbitación, denominada rajas, que es el origen de la actividad y de la multiplicidad.
De la tendencia orbitante proviene cada movimiento, cada división rítmica del continuum del espacio y del tiempo, y cada actividad mental, cada división rítmica del continuum de la consciencia.
Al final todo proviene de una desintegración (tamas) y termina en una desintegración...