Traducir a los Beats es como hablar de las sensaciones que produce en mí el jazz, ese que no se puede escuchar como música de fondo (o cuando se busca un estado de ánimo armónico con la realidad), y que obliga a sentarse y a escucharlo imaginando la actuación de cada uno de los músicos con sus instrumentos para disfrutarlo de verdad.
El Beat es un movimiento literario muy ligado a la música y a la performance que nació en un grupo de amigos en los 1940’s en Nueva York: Allen Ginsberg, Jack Kerouac, Neal Cassady y William S. Burroughs. Después se transfirieron a San Francisco donde su grupo se expandió con otros escritores como Gary Snyder, Lawrence Ferlinghetti, Michael McClure, Philip Whalen y Lew Welch, etc.
No es casual que la literatura producida por estos escritores haya salido a la luz a través de una lectura en un antro y no a través de la tradicional publicación y reconocimiento de libros.
Levy Asher cuenta la historia de la generación de los Beat y cómo la invitación a una lectura en la pequeña galería de arte Six Gallery (un extaller mecánico) se convertiría en la chispa que encendería todo un movimiento literario que lograría darle una nueva concepción a la literatura del siglo XX.
En este espacio, el joven de 29 años Allen Ginsberg llevaba en el bolso la primera parte de “Aullido” un largo poema en prosa que acababa de escribir en un estado de frenesí para proclamar RESISTENCIA ante la desolación de sus tiempos. Ginsberg lo empezó a leer como un cantor judío, después fue tomando ímpetu mientras su amigo y musa Jack Kerouac gritaba “Go, go “anda, anda” a su ritmo.
Otro de los lectores, Michael McClure, dice “En todos nuestros recuerdos nunca nadie nos había dejado sin aliento así. Llegamos a un punto que no había vuelta de hoja - Ninguno de nosotros quería volver al gris, frío, silencio militar de la voz intelectual — a la tierra sin poesía — a la monotonía espiritual. Queríamos renovar y queríamos inventar y el único proceso era sumergirnos así. Necesitábamos voz y necesitábamos visión."
A partir de este momento se multiplicarían las lecturas en los antros y la producción de una literatura basada en la espontaneidad, en el balbuceo de las palabras, en el furor de lo obsceno y en la utilización de estados alterados de consciencia a través de las drogas y los viajes extremos para expresar la relación que tenían con sus territorios, sus sentimientos, su marginación, su temperatura corporal.
Contemporáneamente en Inglaterra se daba el movimiento de Angry Young Men; en París los existencialistas y en Nueva York los expresionistas abstractos. Pero sobre todo la proliferación de las bandas de jazz en todo su esplendor.
La palabra Beat, que literalmente significa golpe, fue utilizada después de la segunda guerra mundial precisamente por gente que venía del jazz como un término de “abajo y afuera o pobre y exhausto.” Y Kerouac cambió esta palabra para decir que significaba “beatitud y no golpe, algo que se siente en un latido, en la real y refrescante música de jazz".
Para muchos de los autores de la época, el jazz era una forma de vida, una manera completamente diversa de consumar el proceso creativo. Y es así como los beats creaban sus poemas: el ritmo, la métrica y la longitud de los versos se parecían más al jazz que a cualquier estilo tradicional europeo.
El propio Ginsberg lo dice: Lester Young es en lo que pensaba… Howl es todo Lester Leaps. Y Jack Kerouack dice que estaba inspirado en Dexter Gordon's and Wendell Gray's "The Hunt”.
Hay muchas grabaciones de Ginsberg y Kerouac de sus prosas y sus poesías, y al oírlas, parece como si asistiremos a una fuente de palabras que nos habla de su respiración, de las pausas para apenas tomar aire y continuar, lanzando versos y frases como quien hilvana, comenzando por la última palabra del verso anterior. De la misma manera en que Charlie Parker tocaba una serie de improvisaciones de un mismo tema, cortando para tomar aire y empezar una nueva.
La espontaneidad es la palabra que más los caracteriza, pero hay al mismo tiempo una profunda atención al sonido de las palabras, una composición que te invita a sumergirte por completo en ellas para salir después por otro lado para darle el verdadero sentido de TODO lo que mueve el texto en uno mismo.
Al fillers sostiene, leyendo a Ginsburg, que la libertad en la escritura deriva del sentimiento de ser rechazado, marginado, a pesar de haber confesado el alma al mundo. Pero no es un llamado a una libertad total, a que entre lo que sea ni a una espontaneidad pura. Es un llamado a que el lenguaje se amolde al ritmo del pensamiento en la cabeza desnuda y sagaz del escritor.
Es ese YACKETAYAKKING que encontramos en el siguiente verso de Howl:
Yacketayakking screaming vomiting whispering facts and memories and anecdotes and eyeball kicks and shocks of hospitals and jails and wars,
Yacketayakking es un claro ejemplo de las palabras que detienen a los traductores y que nos hacen alzar de la silla y pensar… en una palabra igual en español que dé también la idea de ese sonido como de trabalenguas, como de mantra. ¿Balbucear? Mmmm no exactamente… Y no se encuentra y nada, a buscar otras versiones en las traducciones al español en internet hasta encontrar una: “gritando incoherencias”. ¡Oh! nada más alejado al animalesco yacketayakking (con su doble k).
Y a ver qué ofrece el fiel diccionario: chacharear que viene de charlar, de platicar… y cotorrear que viene del ave cotorro y del coloquial charlar tan usado en México.
Allí está entonces:
Cotorreando gritando vomitando susurrando hechos y memorias y anécdotas y patadas en los ojos y electroshocks de hospitales y jaulas y guerras.
Traducir a los Beats es también traducir con el espíritu del balbuceo del Babble Flow de Jack Kerouack y que sintetiza en uno de sus manifiestos de prosa y creación:
Traducir a los Beats es también traducir con el espíritu del balbuceo del Babble Flow de Jack Kerouack y que sintetiza en uno de sus manifiestos de prosa y creación:
1. Garabatea cuadernos secretos y mecanografía hojas salvajes, para tu propia dicha.
2. Obedece a todo abierto escuchar.
3. Trata de no emborracharte fuera de tu propia casa.
4. Enamórate de tu vida.
5. Algo que sientas encontrará su propia forma.
6. Sé loco, santa y estúpidamente.
7. Exhala tan profundo como quieras exhalar.
8. Escribe lo que quieras, insaciablemente, desde el fondo de la mente.
9. Las innombrables visiones de lo individual.
10. No hay tiempo de poéticas sino de lo que es exactamente.
11. Tics visionarios temblando en el pecho.
12. En trance, soñando un objeto detrás de ti.
13. Olvida toda inhibición literal, gramatical y sintáctica.
14. Como Proust, sé una vieja taza del té del tiempo.
15. Decir la verdadera historia del mundo en el monólogo interior.
16. El preciado centro de interés es el ojo dentro del ojo.
17. Escribe recogiéndote y asombrándote de ti mismo.
18. Trabaja sucintamente a medio ojo, nadando en el mar del lenguaje.
19. Acepta siempre la pérdida.
20. Cree en las Santa figura de la vida.
21. Lucha para hacer un esbozo del fluido intacto que existe en la mente.
22. Cuando te pares, no pienses en palabras sino en imágenes.
23. Conserva las fechas prodigiosas de tus mañanas.
24. No temas ni te avergüences de la dignidad de tu experiencia, lenguaje y conocimiento.
25. Escribe para que el mundo lea y vea tus imágenes exactas de él.
26. La película-libro es la película en palabras, la forma visual americana.
27. En elogio del Personaje en la Desalentadora Inhumana Soledad.
28. Compón salvajes, indisciplinadas, puras, subterráneas, mientras más locas mejor.
29. Tú eres un genio todo el tiempo
30. Guionista-Director de Películas Terrestres Patrocinadas y Angeladas en el Cielo.
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